LOS MATERIALES AGLUTINANTES
Son materiales que al mezclarse con el agua se vuelven pastosos y moldeables; solidifican más o menos rápidamente y adquieren una gran rigidez. Se emplean como medio de unión entre otros materiales. El proceso de solidificación de los aglutinantes al secarse recibe el nombre de fraguado. Los aglutinantes más importantes son el yeso, la cal y el cemento.
El yeso: que se emplea en construcción, o yeso vivo, se obtiene a partir de piedras de yeso natural que, tras triturarlas para convertirlas en polvo, se cuece hasta eliminar el agua que contiene. El yeso es un material resistente al fuego aunque produce corrosión en el hierro y el acero.
El cemento: El cemento se obtiene a partir de la mezcla triturada y cocida (a temperaturas de 1250 ºC) de caliza y arcilla.
Para evitar un fraguado excesivamente rápido del cemento, se le añade a la mezcla una pequeña cantidad de yeso. Por último se muele hasta convertir la mezcla en un polvo muy fino. Existen diversos tipos de cementos, pero los más habituales y más fuertes son los cementos de tipo Portland. El cemento se puede utilizar solo con agua, sin mezclar con otros materiales, por ejemplo para fijar cañerías, tapar grietas, etc. Pero fundamentalmente se utiliza como componente del mortero (mezcla de cemento, arena y agua). La cal: Es un aglutinante que se obtiene mediante la cocción de piedra caliza a temperaturas superiores a 900 ºC. En la construcción se utilizan dos tipos de cal:
La cal aérea o cal viva. Este tipo de cal no puede utilizarse sin añadirle previamente agua para que se hidrate (esta operación se llama “apagado de la cal”). Se utiliza sobre todo para la elaboración de morteros, mezclada con otros materiales (cemento y arena). La cal hidráulica. Este tipo de cal contiene, además de la piedra caliza, sobre un 5% de arcilla, y tiene la propiedad de endurecerse en lugares húmedos o incluso bajo el agua. Es la más usada y se emplea como pintura de exteriores (fachadas, muros, etc.). |